Entre los hipocampos o caballitos de mar el que lleva el embarazo es el padre.
La madre se limita a depositar sus huevos en un minúsculo orificio de la bolsa incubadora que el macho tiene en la parte delantera de la cola y luego se alejará para siempre.
El macho fecundará los huevos y los incubará por un período de dos meses.
A medida que los embriones se desarrollan la bolsa incubadora se agranda dándole al macho un tierno aspecto de embarazado.
Cuando llega el momento del parto el cuerpo del padre es presa de movimientos convulsivos y se contrae de manera intermitente.
Mediante flexiones y enderezamientos sucesivos el caballito de mar comienza a expulsar las crías en forma aislada o grupal.
Durante el parto que dura varias horas y se parece mucho a un alumbramiento verán la luz varias docenas de crías.
Terminado el parto el padre abandona a sus hijos a su suerte no sin antes devorarse a algunos de ellos que queden a su alcance.
INFORMACION:
Tito Rodriguez
Director Instituto Argentino de Buceo
Si los padres entendieran todo el dolor y sufrimiento que una mujer experimenta no solo antes del parto, sino en el parto y después del parto criando y cuidado hijos, el hombre sería más tierno, comprensivo y un tremendo ayudante en el largo proceso de maternidad.
Muchos son los hombres que creen que por llevar dinero a la casa para el alimento de los hijos eso ya es suficiente.
No, la familia se extiende más alla de simplemente un plato de comida.
Los caballitos de mar luego de estar embarazados se comen a los hijos que el mismo da luz.
Muchos esposos no solo no se imaginan el duro trabajo del embarazo sino que luego destruyen la vida de sus hijos con su mal ejemplo y conducta.
Y si mal les parece servir al Señor, escogan hoy a quién serviras; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos al Señor. Josue 24:15
Nuestros padres pecaron y murieron,pero a nosotros nos tocó el castigo. Lamentaciones 5:7
Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí hasta este mismo día. Ezequiel 2:3
Dios quiere que valoremos a nuestro projimo...su esposa es tu projimo mas importante, ámala, cuidala y valorala.
Andrea Carillo de Contreras.
lunes
Más que una Mamá
A una mujer de nombre Rosario, al renovar su licencia de conducir en la Oficina de Tránsito, se le pidió que anotase su ocupación.
Ella dudó, no estando segura de cómo clasificarse.
Lo que quiero decir es, explicó la oficial, tiene Ud. un empleo?
Por supuesto que tengo un empleo, respondió Rosario. Soy una mamá.
Lo siento pero no listamos "mamá" como una ocupación, pero ama de casa la cubre, dijo la oficial que la entrevistaba de manera enfática.
La oficial era obviamente una mujer de carrera, sobria, eficiente y poseía un título extrambótico como Interrogadora Oficial o Inscriptora Municipal.
¿A qué se dedica? preguntó.
Qué me hizo decirlo, no lo sé pero las palabras simplemente me salieron.
Soy una Asociada de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas.
La oficinista hizo una pausa, con su bolígrafo congelado en el aire, y levantó la mirada como si no hubiese oído bien.
Repetí el título lentamente, enfatizando las palabras más significativas.
Entonces observé asombrada cómo mi afirmación era escrita en tinta negra en el formulario oficial.
¿Pudiera preguntarle, dijo la oficinista con renovado interés, exactamente qué hace Ud. en su campo?
Fríamente, sin trazas de duda en mi voz, me escuché a mí misma contestar: Tengo un programa continuo de investigación (las mamás lo tienen), en el laboratorio y en el campo (normalmente hubiera dicho en interiores y exteriores). Trabajo en mi maestría (toda la bendita familia) y ya he logrado cuatro créditos (todas hijas). Por supuesto, el empleo es uno de los más demandantes en humanidades (¿pudiera alguna madre no estar de acuerdo?) y a menudo laboro 14 horas al día (en realidad, 24 es más real). Pero el empleo es más desafiante que la mayoría de las demás carreras y las recompensas son más satisfactorias que el sólo dinero.
Hubo una nota de respeto creciente en la voz de la oficinista mientras completaba el formulario, se puso en pie y personalmente me pasó por la puerta.
Al estacionarme en mi garaje, animada por mi nueva y glamorosa carrera, fui recibida por mis tres asistentes de laboratorio –con edades de 13, 7 y 3. En la planta alta podía oír a nuestro nuevo modelo experimental (un bebé de 6 meses), en el programa de desarrollo infantil, probando nuestro nuevo patrón vocal.
¡Me sentí victoriosa! ¡Había logrado un gol contra la burocracia! Y había ingresado a los registros oficiales como alguien más distinguido e indispensable a la humanidad que sólo otra mamá.
Ser madre!! ¡qué gloriosa carrera! Especialmente cuando hay un título en la puerta.
¿Convierte esto a las abuelas en Asociadas Mayores de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas y a las bisabuelas en Asociadas Mayores Ejecutivas de Investigación? ¡Así lo creo! También creo que eso convierte a las tías en Asistentes de las Asociadas de Investigaciones.
Autor Desconocido
Así es…muchas veces lo que se hace en casa no se valora, mientras que los títulos afuera si son aplaudidos. Sin embargo, no importa, si eres madre, eres uno de los más grandes títulos que existen, porque estas edificando generaciones futuras.
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. Anda en busca de lana y de lino y gustosa trabaja con sus manos. Proverbios 31:10-13
Ella dudó, no estando segura de cómo clasificarse.
Lo que quiero decir es, explicó la oficial, tiene Ud. un empleo?
Por supuesto que tengo un empleo, respondió Rosario. Soy una mamá.
Lo siento pero no listamos "mamá" como una ocupación, pero ama de casa la cubre, dijo la oficial que la entrevistaba de manera enfática.
La oficial era obviamente una mujer de carrera, sobria, eficiente y poseía un título extrambótico como Interrogadora Oficial o Inscriptora Municipal.
¿A qué se dedica? preguntó.
Qué me hizo decirlo, no lo sé pero las palabras simplemente me salieron.
Soy una Asociada de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas.
La oficinista hizo una pausa, con su bolígrafo congelado en el aire, y levantó la mirada como si no hubiese oído bien.
Repetí el título lentamente, enfatizando las palabras más significativas.
Entonces observé asombrada cómo mi afirmación era escrita en tinta negra en el formulario oficial.
¿Pudiera preguntarle, dijo la oficinista con renovado interés, exactamente qué hace Ud. en su campo?
Fríamente, sin trazas de duda en mi voz, me escuché a mí misma contestar: Tengo un programa continuo de investigación (las mamás lo tienen), en el laboratorio y en el campo (normalmente hubiera dicho en interiores y exteriores). Trabajo en mi maestría (toda la bendita familia) y ya he logrado cuatro créditos (todas hijas). Por supuesto, el empleo es uno de los más demandantes en humanidades (¿pudiera alguna madre no estar de acuerdo?) y a menudo laboro 14 horas al día (en realidad, 24 es más real). Pero el empleo es más desafiante que la mayoría de las demás carreras y las recompensas son más satisfactorias que el sólo dinero.
Hubo una nota de respeto creciente en la voz de la oficinista mientras completaba el formulario, se puso en pie y personalmente me pasó por la puerta.
Al estacionarme en mi garaje, animada por mi nueva y glamorosa carrera, fui recibida por mis tres asistentes de laboratorio –con edades de 13, 7 y 3. En la planta alta podía oír a nuestro nuevo modelo experimental (un bebé de 6 meses), en el programa de desarrollo infantil, probando nuestro nuevo patrón vocal.
¡Me sentí victoriosa! ¡Había logrado un gol contra la burocracia! Y había ingresado a los registros oficiales como alguien más distinguido e indispensable a la humanidad que sólo otra mamá.
Ser madre!! ¡qué gloriosa carrera! Especialmente cuando hay un título en la puerta.
¿Convierte esto a las abuelas en Asociadas Mayores de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas y a las bisabuelas en Asociadas Mayores Ejecutivas de Investigación? ¡Así lo creo! También creo que eso convierte a las tías en Asistentes de las Asociadas de Investigaciones.
Autor Desconocido
Así es…muchas veces lo que se hace en casa no se valora, mientras que los títulos afuera si son aplaudidos. Sin embargo, no importa, si eres madre, eres uno de los más grandes títulos que existen, porque estas edificando generaciones futuras.
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. Anda en busca de lana y de lino y gustosa trabaja con sus manos. Proverbios 31:10-13
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